Buscar este blog

viernes, 12 de agosto de 2011

El estrés te produce la sensación de incompetencia




Reviso en mi biblioteca revistas y libros sobre el estrés, encuentro los estudios en el año de 1957 del Dr. Curt Ritcher, psicólogo del Hospital Hookings (Maryland) él experimentó sobre las consecuencias del estrés en ratas. A una primera rata la lanzó en un recipiente con agua hirviendo, la que estuvo nadando por espacio de 60 horas y al cansarse se ahogó. A una segunda (la N° 2) antes de lanzarla al agua, la sostuvo en su mano hasta que dejó de resistirse. Al caer al agua hirviente, se movió durante poco tiempo, tomó una actitud pasiva y se hundió hasta el fondo. El investigador destacó que la N° 2, no dio muestras de querer luchar por su supervivencia, antes de entrar al agua y que sufrió de impotencia.
   El Dr.Robert Ader, profesor de Psiquiatría y Psicología de la Universidad de Rochester, en la década de los años 1970 también realizó experiencias con animales y de cómo un factor de impotencia (estado de desasistencia) influye sobre diversos tipos de enfermedades desde la diabetes hasta el cáncer.
   Al respecto el Dr. Ader enfatizaba:”Puedo decir que un sentimiento de impotencia podría ser uno de los factores psicológicos contundentes de la precipitación de una enfermedad”. De acuerdo a los siguientes factores: cuando hay:(1) una predisposición biológica. (2) un estrés es percibido como un estrés (estado depresión profunda podría ser uno de los significados para “estrés”) (3) una incapacidad que le haga frente al estrés.
   El Dr. Ader destacaba: "En un individuo saludable existe un equilibrio o armonía entre estas fuerzas, pero cuando hay una suma predisposición biológica hacia una enfermedad en particular, el estrés tiene muy poco que ver con el trastorno o perturbación de esta armonía interna y en la precipitación de la enfermedad”. Como conclusión podemos destacar que biológicamente menos vulnerable requerirá una dosis mucho más alta de estrés antes de llegar a desarrollar la misma enfermedad.
   El Dr. Arthur Schmela en su trabajo titulado:” La renuncia como último recurso para los cambios en la salud” (El Dr Schmela también formó parte del grupo de la Universidad de Rochester) informó sobre cinco estudios fundamentados en entrevistas grabadas a 240 pacientes hospitalizados y sus familiares.
   Los problemas de los pacientes variaban desde enfermedades infecciosas y tumores malignos hasta una serie de perturbaciones psiquiátricas y de acuerdo al informe el 80 % de estos casos había experimentado “una pérdida simbólica de hecho, o amenazaba de una forma sumamente estimada de gratificaciones con sentimientos de impotencia o de desesperanza”(o de incurabilidad). Este complejo “de renuncia”, tal como el Dr.Schmale lo describió, precedió a la admisión de esta gente en el hospital y que se acarreó debido a una serie de cambios en sus vidas como haber sido despedidos, ascendidos, pasados a retiro( jubilados), o debido al fallecimiento de algún familiar muy allegado.
   El Dr. Samuel Silverman quien fue profesor asociado de Medicina de Harvard expresó:”Creo que todas las enfermedades tienen motivos emocionales”. Silverman observó que antes de llegar a enfermarse orgánicamente sus pacientes compartieron ciertos elementos en común, los cuales según él pueden usarse para predecir el comienzo y naturaleza de la enfermedad. Entre estos elementos de importancia que encontró estaban la predisposición a una enfermedad previa y a la capacidad del paciente para descargar serias tensiones de válvulas psicológicas normales y anormales. En caso que haya una manifestación de pena o angustia, congoja o aflicción como sentirse culpable o tener rabia, desaparece de pronto por lo general la perturbación aparece de nuevo en el punto más débil del cuerpo, es decir, el “órgano-objetivo”. Por último, añade a estos indicadores de concepto de “identificación somática”, cuando una persona desarrolla una indisposición o malestar al padecido por un familiar o un amigo.
   Para identificar los síntomas, características y etapas del estrés laboral podemos precisar lo siguiente: una persona al tener un estrés permanente y en repuesta al mismo, a tensiones física, mental y emocional, se aísla de su trabajo y de su entorno.
  No tiene la misma capacidad de producción, vive cansado todo el tiempo y una actitud de no ser competente.
En el estrés laboral aparecen cuatro etapas:
  1. Agotamiento físico, mental y emocional
   Todavía eres rendidor en tu trabajo, lo haces de acuerdo a lo que te exigen, lo evidente es cuando regresas a tu casa ya no te provoca hacer nada.
  1. Vergüenza y duda.
   Te sientes incompetente para realizar una nueva programación, plan o tarea. A lo mejor dentro de ti una voz te insiste que no estás en capacidad de hacerlo bien. Suspiras mucho, como presintiendo que algo te amenaza o si hubieras tenido una pérdida.
3.      Cinismo y crueldad o inestabilidad
Como resultado de esa actitud de inestabilidad o de ser vulnerable, te metes como en un nicho, sólo crees en ti, eres tosco y te aíslas de tus entornos, te sientes siempre de mal carácter y no estás conforme con tu modo de ser.
4.      Fracaso, impotencia y crisis
Aquí tus defensas psicológicas se te derrumban. Has tenido muchas responsabilidades y quieres alcanzar tus metas a como de lugar.
   Tienes cambios en tus estados de ánimo, puedes sentirte eufórico y al rato te sientes como si vivieras en un basurero.
¿Qué debes hacer?
1)      Busca ayuda profesional.
2)      Enfrenta la situación, deja a un lado la prepotencia o impotencia que te aflije.
3)      De repente no hiciste los duelos psicológicos en sus momentos adecuados, siente las pérdidas, el dolor para poder entender y enfrentar lo que te sucede.
4)      Camina, haz ejercicio, oye música.
5)      Vive tú aquí y ahora para que seas inmensamente feliz.
Si quieres compartir tus opiniones y experiencias escríbeme a mi correo: alberto.guilarte@gmail.com y te contestaré.