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viernes, 11 de octubre de 2013

Capítulo XXII de la novela " La Motolita" de Alberto Isaías Guilarte

Los esposos y colegas tienen bastante trabajo en sus respectivos bufetes. Ya tienen año y medio de casados, por sus múltiples ocupaciones y especialmente por sus estudios, se han cuidado de tener hijos. Una tarde llegó Lérida temprano a la Universidad, cuando caminaba por un pasillo se encontró con el profesor Raúl Manrique. Su corazón se le aceleró, le sudaban las manos y varios temblores en sus miembros le indicaron que temía a ese hombre o que se descubriese lo que había pasado entre ellos. _ Buenas tardes. Dichos los ojos que la aguaitan mi querida alumna. No nos volvimos a ver desde la última vez que estuvimos juntos y la pasamos muy bien. ¿Cómo estás mi amor? Cuéntame ¿Qué ha pasado en tu vida? _ Bue…nas tardes Profesor Manrique. Usted siempre tan pintoresco. Profesor por favor no me diga mi amor porque ahora yo soy una mujer casada, mi esposo es colega y estamos haciendo juntos el postgrado. Y usted ¿Se casó? _ su voz la delataba muy nerviosa. _ Cálmate. Te siento muy nerviosa. Te felicito por tu matrimonio. Yo no me he casado aún. Parece que no me tienen paciencia, no me quieren como es debido o aún el destino no me ha enrolado en ejército de los hombres “monocucos” _ le contestó su antiguo amante. _ Bueno Profesor ha sido un placer el haberlo visto. Hasta luego _ le insinuó Lérida tratando de despedirse de él. _ Un momentito Lérida, no te vayas te invito a tomar un café en el cafetín que está cerca de aquí y conversaremos un poco, ya que teníamos tiempo sin vernos. Yo no creo que tu esposo sea muy celoso y además no estamos haciendo nada malo_ le expresó Raúl dándole seguridad y confianza para continuar conversando. Ella aceptó la invitación y se tomó un café con leche grande. Raúl conversó de muchos temas de actualidad y le propuso probar la resistencia de ambos, para ello deberían ir a bailar y estaba seguro conservarían su distancia y él le respetaría su condición de mujer casada. A Lérida un reto de esa naturaleza era la máxima prueba para saber si iba a respetar a Manuel. Nadie la retaba y ella iba a probarle a Raúl y a si misma que su relación fue parte de un pasado muy bonito, el era el secreto compartido y nadie lo iba a develar. Sacó el celular de su cartera y le informo a Manuel tener una reunión con un cliente, su defensa le iba a proporcionar una suma de dinero altísima, no asitiria a clases y se verian en la casa. Aceptó la invitación, luego de acordar asistir a un sitio nocturno conocido, cada uno en su carro, se dirigió a la discoteca conocida por ellos. Cuando Raúl pidió los tragos, ella decidió tomar wisky. Brindaron por el encuentro y cuando sono la música suave, el la invito a bailar. El contacto de los cuerpos activó la química que siempre los había magnetizado, estaba latente en el tiempo y hoy fue como tocar el botón del ascensor y llegar rápidamente al pent house. Ella tenia esa facilidad para hacer movimientos para adelantar su parte baja, le sacaba su pubis, y el lo frotaba con su miembro muy excitado. Sus bocas se encontraron en un beso intenso. Pareciera que hubiese sido ayer su ultimo encuentro y lo decidieron continuar hoy. _ Lérida nunca te olvidare, siempre te recuerdo y esto es lo máximo y no aguanto las ganas de estar contigo mi amor_ le decía ella jadeando de placer. _ Entonces nos vamos a un nidito de amor de inmediato_ se apresuro a decirle Raúl. _ Claro que si amor vamos ya. El enamorado pago la cuenta y decidieron dejar el carro de ella en un estacionamiento en la cercanía de Plaza Venezuela, ella abordó el carro de el y llegaron a un hotel. Las caricias, besos y las frases de amor recíprocas permitieron traspasar los límites de lo sensato y extasiados por la pasión decidieron culminar el encuentro maravilloso de esa noche. Al llegar a su apartamento, se baño, cepillo sus dientes e hizo gargarismos varias veces, no sabia si era la culpa o para quitarse el olor y sabor de la bebida. Recibió a su esposo con muestras de excesivo cariño, le preparó una cena y le informó que uno de los empresarios que había defendido le envió un cliente y este le había invitado a conversar en un restaurante, como el señor estaba muy nervioso por la situación que confrontaba, había pedido dos wiskis y ella para no despreciarlo lo aceptó. El caso le parece es un desfalco de la caja de la empresa, pero el señor es muy inseguro y no sabe si le daría su caso, como extranjero teme por su vida ya que los culpables pudieran hacerle daño al ser descubiertos. Manuel le creyo su farsa y le facilitó lo apuntes de clases, le hizo una explicación intensiva de lo visto esa noche. La motolita una vez mas se sentía dominaba al mundo, ni la mejor actriz tenía el poder del convencimiento y la perusasion innata en ella. Gozaba con sus pensamientos justificando no haber hecho nada malo, la infidelidad si es persistente es negativa. Lo que hizo fue cerrar un ciclo de su vida al despedirse de su antiguo amor, ya que no pudo resistir la prueba y todavía quedaba fuego en esa fogata. Se acordó de una pared pintada con esta frase: los cachos no duelen. Si esa era la despedida de esa relación. << Coño no tengo fuerza de voluntad para resistirme a otra relación. Es que Raúl me daba una nota increíble, yo todavía estaba enamorada de es como una pendeja quinceañera… Pero mira carajita inmadura…ten cuidado y no vaya a ser que pierdas el chivo y el mecate>> Se tomo un tranquilizante pensando iba a tener pesadillas esa noche. Olga su socia, se casó con su antiguo compañero Efrén. Ella fue la madrina de bodas, de acuerdo a la lista de regalos, le hicieron el mejor. Junto con Manuel, sus padres y hermanos disfrutaron de la extraordinaria fiesta a todo lujo que se efectuó en una casa de festejos del este de la capital. Los recién casados se fueron de luna de miel a Europa por una semana. Lérida se quedó dirigiendo las actividades del bufete, como socia principal. Al regresar de su luna de miel, le trajeron unos regalos. Y la puso al tanto de todos los acontecimientos ocurridos durante su ausencia, a las citas y trámites que había acudido en su nombre. Una mañana Olga la invitó a su oficina y le propuso que iban a defender entre las dos a varios socios de una empresa, en la cual había dos bandos, el grupo que las contrataría a ellas, estaba al mando de Pedro Amundarai y los que presuntamente estaban malversando fondos en la misma. Aceptó la propuesta e iniciaron las entrevistas para conocer los hechos. Se dividieron el trabajo de investigar a los sospechosos, si había dos contabilistas en una oficina, cada una entrevistaba a ese personal y también lo hicieron con el personal obrero. Naturalmente cada bando acusaba de corrupto al contrario, ellas comparaban y discutían los relatos, las pruebas, evidencias, etc. Ramón Agudelo, alto, corpulento, moreno, nariz y labios gruesos, de pelo negro y con bigote. Es uno de los socios sospechosos, invitó a conversar con Lérida en su oficina. _ Es un placer para mi conocerla mi estimada doctora, me han contado de que es reconocida entre algunos comerciantes o empresarios que los han estafado o como decimos en criollo le han hecho ”quiquiriguiqui”_ la trato de alagar el socio de la empresa. _ También me complace en conocerlo señor Agudelo y modestamente me encanta ayudar a los que solicitan mis servicios. Lo importante es hacer las cosas excelentes y a corto plazo eso le da grandes satisfacciones a una. ¿En que puedo ayudarlo? _ le sonrío y lo motivo a exponerle sus planteamientos. _ Doctora Suárez voy a ir al grano y como el que no se arriesga puede ganar como puede perder. Mi grupo a lo mejor se revelara en posición no ventajosa con respecto a los colegas socios que las contrataron a ustedes dos, es posible que puedan aparecer hechos y evidencias que nos pueden llevar a prisión. Yo le propongo se alinee con nuestro grupo, para ello se ganaría la cantidad de 50.000.000,00 de Bolívares, que cobraría un testaferro de su exclusiva confianza. Le puedo suministrar integrantes de mi personal que atestiguarían en contra de los clientes suyos, nuestras evidencias y pruebas las hemos blindado y tenemos “socios” en la Policía Científica y en los Tribunales _ le puntualizó el “cappo” viéndola fijamente a los ojos y con una gran convicción. _ Señor Agudelo si analizo su propuesta en la balanza de mis convicciones, eso lo podría catalogar de soborno y extorsión. Pero en su escala de valores, es parte de un proceso comercial para poder ganar-ganar y me convencería y jugaría para su equipo, si usted amablemente elevara a cien millones mis honorarios profesionales _ le contestó irónicamente la motolita pensando que no le aceptaría esa cantidad. _ Fíjese Doctora como se da la ley de la oferta y la demanda en todo negocio. Acepto esa cifra y estoy seguro que el caso lo ganaremos nosotros _le dijo riéndose y dándole la mano derecha para cerrar el trato. _ Claro que si Señor Agudelo vamos a ganar este caso. No es conveniente que me vean hablar con usted, por lo que una persona de su confianza debe telefonearme a este número de mi celular para darle el nombre de la persona que cobraría ese monto. Hasta pronto señor Agudelo _ le afirmó la abogada. _ Gracias mi estimada Doctora. Al tener el nombre de la persona de confianza suya y el número de la cuenta bancaria, se le depositaría el dinero en dos partes, la primera al inicio del juicio y la otra cuando salgamos inocentes de esas acusaciones _ contestó el moreno. Se despidieron dándose un apretón de manos. En el trayecto a su casa Lérida pensó en su tia Maria Andrade para que en su cuenta le depositaran el dinero. La convencería ofreciéndole diez millones de Bolívares. Le informó a Manuel que concretó un negocio muy bueno con el cliente que le aceptó el wisky, la vez que falto a la universidad. Se ganaría una alta suma de dinero y podrían comprar mobiliario para su apartamento y viajar al exterior. Manuel se alegró mucho y le manifestó: _ Mi amor querido si así llueve que no escampe. Lérida un sábado en la mañana convencido a Manuel de ir sola a visitar a su tia María Andrade. Llegó al apartamento y la tía se contentó mucho con su visita. _ Mi querida sobrina voy a hacer una raya en la pared en señal de que me estas visitando. Tenías tiempo que no me visitabas, ahora que eres de la “Jai”no visitas a tu familia. Mira que yo soy muy sincera y te digo que es lo que siento sin tapujos. Algo traes entre manos! Ojala que no sea entre piernas vagamunda! _ le dijo Maria burlándose de ella. _ Caramba tia, tu sabes que nosotros por nuestros trabajos y estudios estamos muy atareados y casi no nos queda tiempo para nada. Hoy pensé en ti y te vine a proponer un negocio muy secreto que nadie debe enterarse _ le dijo la motolita excusándose. _ Pasa y siéntate para conversar acerca de tal negocio ¿Quieres un jugo natural o un cafecito? _ la invito a pasar la tía. _ Bueno por favor dame un jugo natural _ le respondió Lérida. La abogada le manifestó iba a defender a unos comerciantes y no convenía que sus honorarios profesionales le fuesen depositado directamente en su cuenta bancaria y había pensado en ella, para favorecerla le regalaría diez millones de Bolívares. No debía preocuparse por el origen del dinero, el cual no provenía ni de las drogas, ni de la delincuencia, lo que pasaba era a veces se hacían “jugadas maestras” y alguien salía favorecido en los juicios. Maria le expreso su temor por el tipo de juicio a llevar a cabo por ella y si ninguna de las dos iba a salir perjudicada en el futuro. Le dio seguridad y confianza para que le facilitara su cuenta de ahorros. Le datallo que le harían un deposito de cincuenta millones cada uno y cuando le hicieran el ultimo, ella le sacaría noventa millones y lo depositaria a su cuenta. La volvió a calmar diciéndole tuviera confianza en ella y así podía comprar muebles para su apartamento o hacer con ese dinero lo que ella quisiera, su propósito era ayudar a la familia y este diezmo en primer lugar le correspondía a una de las tías mas querida por ella. Se despidieron una vez que le anoto en el papel el número de la cuenta de ahorros. En el bufete Olga la invita a conversar en su oficina y le dice: _ Chama el grupo de los socios de Pedro Amundarai tiene pruebas contundentes contra los de Ramón Agudelo y vamos a demandarlos esta semana. ¿¨Que opinas tú? _ Si yo también estoy de acuerdo y debemos hacerlo lo más pronto posible _ le recalcó Lérida. Salio de la oficina y telefoneo a Ramón Agudelo y le informo que se anticipara en tener las pruebas “amañadas” a la mano y que en esta semana ellas los demandarían, al saber cual iba a ser el tribunal, se lo informaría para que un abogado de su confianza le introdujera las pruebas a fin de contrarrestar sus evidencias. Así lo hizo. Su tia la telefoneo cuando chequeo su saldo de la libreta y comprobó le había efectuado el primer deposito por los cincuenta millones de bolívares. Con las pruebas retocadas y testigos falsos, Lérida informando las estrategias que ellas llevarían a cabo, el juicio lo perdieron. La tia María le informo haber recibido el segundo depósito y en el transcurso de esa semana le transfirió el monto a su cuenta. Lérida llegó muy contenta al bufete un lunes del inicio de la semana siguiente. Olga la invitó a hablar muy seriamente en su oficina, su rostro estaba rojo y denotaba enojo. _ Doctora Lérida Gamarra de Suárez, fíjese que entre cielo y tierra no hay nada oculto. Por fuentes fidedignas y así como en las policías y en los ejércitos tienen su “inteligencia”, yo me he hecho la mia y te descubrieron “motolita” del carajo. Nos jugaste sucio y estuviste en la cuerda floja, yo no te puedo probar en cuanto te compraron y me imagino fue un gran “biyuyo”.Yo que he sido tu mejor amiga, tu confidente, tu compañera del alma y ¿Cómo es posible que tu tengas que venderte y hacerme esta cochinada? Hasta aquí llego nuestra amistad y nuestras relaciones profesionales, ya no vamos a ser mas socias. Te vas inmediatamente de mi bufete. Por favor no me digas nada y jamás me vuelvas a dirigir la palabra _ le gritó Olga con mucha rabia. _ Pero déjame explicarte Olga _ le contestó Lérida tratando de defenderse. _ Te dije que no te voy a oír y recoge tus cosas en el acto y te vas _ le volvió a gritar Olga. Lérida se puso pálida, las piernas le temblaban y le costaba dar un paso, abrió su oficina y en unos archivadores de plástico, metió todas sus pertenencias, arrastro hasta el ascensor las dos cajas y las metió en la maleta del carro. Llegó a su apartamento y telefoneo a Manuel para invitarlo a almorzar en un restaurante del Este. Al llegar Manuel, lo beso en la boca y al verla le pregunto: _ ¿Mi amor que te pasa que te veo triste y preocupada? _ Olga termino nuestra amistad. Le creyo mas a un mafioso que a mi. Te acuerdas el caso que perdimos recientemente. Le fueron con cuentos chinos, no me dio lugar para mi defensa y me echó de su bufete. Se acabó la amistad y nuestra realacion profesional_ expresó con dificultad la motolita luego de conservar la calma y enseguida los sollozos no la dejaron seguir hablando. Abundantes lágrimas rodaban por sus pómulos. Tal vez era la primera vez que lloraba y expresaba dolor espontáneamente. _ Mi amor cálmate. Toma mi pañuelo y sécate que se corrió la pintura de los ojos. Acuérdate que en esta profesión tenemos momentos muy desagradables y difíciles. Despues de tantos años juntas y siendo uña y sucio. Te comprendo, no te preocupes, juntos montaremos un bufete. Este bien _ la consolaba Manuel besándola repetidamente. Al mes alquilaron un apartamento en el centro de la ciudad, compraron muebles de estilo moderno y contrataron a una secretaria. Lérida cancelo todos los gastos con el dinero fruto de la separación de Olga. Invirtió en publicidad en los medios impresos y mandaron a repartir propaganda en los tribunales y por toda la ciudad. Paulatinamente fueron incrementando sus clientes y las ganancias.Vivian bien y se daban todos sus gustos. Una noche Lérida le dijo a Manuel: _ Mi amor siéntate que te voy a dar una excelente noticia: ! Vamos a ser padres! Estoy embarazada. _ ! Mi amor me haces el hombre más feliz del mundo! _ le contesto Manuel besándola. Telefonearon a todos los familiares y amigos. Acordaron hacer una reunión el próximo sábado: Los padres de Lérida y la mama de Manuel se presentaron con ropita de niños y les desearon muchas felicidades.

1 comentario:

  1. Y la motolita sigue haciendo de las suyas, que pasô? ahora esperar el proximo capitulo, Motolita espero un cambio radical en ti.

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