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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Segundo Capítulo de la novela "La motolita"de Alberto Isaías Guialarte

Capítulo II: La calle tranquila y con grandes árboles agrupa a edificios residenciales en un sector de “Los Caobos”. Federico Pérez, de 15 años recién cumplidos, nació en Puerto La Cruz (Anzoátegui), ya tiene 12 años en la Capital; sube rápido la cuesta empinada que lo conduce al conjunto de apartamentos, donde vive su amiga Fernanda Pérez de Gonzalez. Toca el botón del ascensor, llega como sus deseos, abre la puerta y marca el piso 4. Se dirige por el pasillo hacia el apartamento N° 4-1. El timbre le recuerda la propaganda de productos de belleza. Le abre la puerta su gran amiga, de estatura pequeña, color blanco, pelo negro y de contextura delgada. Con su “pantaloncito caliente” destaca sus muslos y su pompi paradito. La blusa transparente destaca sus senos abundantes. Tiene año y medio que se casó con Manuel González, contador de un banco y estudia la Carrera de Economía, salió en estado y sus familiares agilizaron la boda. Alfredo, su hijo de 1 año, juega sentado en un corral. _ Hola Federico que bueno que viniste! Ya casi nadie me visita y así el niño juega también contigo. Tenías tiempo que no venías. ¿Cómo están por la casa? ¿Vas bien en tus estudios? Se le aproximó y lo besó sutilmente casi en la comisura de los labios. _Hola Fernanda. ¿Cómo está Manuel y Alfredito? Por la casa todos están bien, les mandan saludos. Contestó el adolescente sintiendo un escalofrío en la mejilla. _ Manuel se lo pasa trabajando y estudiando, casi no nos saca. Por cierto, podemos dejar el niño, casa de Petra, mi vecina y te invito a ver una película de 3 a 5 de la tarde en el cine cercano. ¿Estás de acuerdo? _ Bueno si. Vamos. Contestó Federico, expresando su alegría con una sonrisa. Se aproximó al niño y lo cargó, como lo hacía cuando generalmente venía a visitarlos. El niño balbuceó: _ pa, pa, pa. _ Mira Fernanda me está llamando papá. _ Si ya dice como 10 palabras: papá, agua, mamá, tete, pan…ven vamos a conversar. Pasa para el cuarto y acuéstate en la cama con el niño. Así lo hizo, y enseguida ella también se acostó al lado, desbrochándose la blusa. El contacto de la piel cálida avivó el calor al joven, quien se excitó y pensó: _Yo soy amigo de Manuel y si me sobrepaso ¿Y si nos encuentran haciendo algo malo? Disimuladamente cargó al niño y le dijo: _ ¿Dónde está la bicicleta de Alfredito para enseñarle a manejarla? Introdujo al niño en el corral y oyó lo que ella le contestó, dirigiéndose a la habitación. _ Está en el otro cuarto, dentro del closet. Le contestó Fernanda algo molesta. Ella se levantó de la cama y se dirigió al baño, dejó la puerta semiabierta, se desnudó y empezó a bañarse. En la mente del adolescente se le presentaban escenas en la que él también se denudaba y empezaba a enjabonarla, acariciándola y besándola… De repente en su imaginación sentía que abrían la puerta y los encontraba su amigo Manuel. No…No…No. Se sacudía la cabeza y trataba de bajar su miembro eréctil. No.No..así es que pasan las tragedias...Yo debo respetarla porque es la esposa de un amigo y yo quiero mucho a Alfredito. _ Federi mi amor, hazme el favor de buscar en el closet de mi cuarto una toalla, tráemela que se me olvidó y perdona. Fue al cuarto, abrió la puerta del closet y retiró una toalla de color azul, se dirigió al baño y oyó el <>, con el corazón acelerado. Ella había retirado la cortina de baño y destilaba agua. Federico abrió los ojos de asombro, se fijó en el pubis y en los senos. Gracias Federi. Cuando me termine de vestir, dejamos al niño con mi amiga y nos vamos para el cine. El muchacho salió lentamente del baño, le costó mover las piernas, parecía que el corazón le latía más aprisa pero en su miembro, se puso pálido y respiraba muy lentamente. Se decía a si mismo, que será lo que quiere Fernanda, que yo le haga el amor, será que Manuel no la satisface completamente, será que yo también le gusto. No..No..No te hagas ilusiones. Tu eres un muchacho, que no sabe nada de la vida, ella tiene mucho más experiencia que tu. Cálmate…quédate tranquilo…no te precipites. Le aumentó el susto cuando la vio salir del baño con una pantaletica negra muy reducida y en sostenes, le sonrió y le dijo: _ ya voy a estar lista. Voy a buscar el maletincito y las cosas del niño. Bajaron un piso, por las escaleras, tocó el timbre en el apartamento N ° 3-2. Oyó desde adentro un <>. Al abrir la puerta, una señora joven, catira, de estatura alta y gordita, en bata de casa transparente saludó a Fernanda diciéndole: _ ¡ Hola amiguita! ¿Quién es este buenmozo? _ Te presento a Federico, un amigo de la familia. ¿Me puedes hacer el favor de cuidarme al niño mientras hago unos trámites con él? Expresó Fernanda sonreída. _ Si niña encantadísima. Tú sabes que a ese corronchito, me gusta cuidarlo y apurruñarlo, es tan rico. Mucho gusto, cariño aquí también estamos a tu mandar. Le dio la mano y se la apretó sosteniéndola un buen rato y mirándolo fijamente a los ojos. Federico se estremeció y esperó que le soltara la mano. Se fueron caminando tres cuadras, hicieron las filas de personas, compraron las entradas, galletas, dulces y refrescos. Se sentaron en la última fila, el cine estaba casi vacío. Al empezar la película, ella le pasó el brazo sobre sus hombros, lo atrajo hacia su pecho y lo besó, su lengua era una serpiente nerviosa en su boca, sintió que su mano le apretaba su sólido miembro. <>. Enseguida le metió su mano y su dedo, sintió el calor y su fluido. Al terminar la película, la acompañó a la entrada del edificio y se despidieron. _ Hasta pronto Federi. Si llegas a ver a mi prima Lérida y mi tía Encarnación dales muchos saludos y que estamos bien. No pienses nada malo. Te espero la semana que viene y va a ser mucho mejor, cariño. _Hasta la semana que viene Fernanda. La cabeza del adolescente giraba tan fuerte cual tiovivo de parque de atracción, las enseñanzas religiosas recibidas durante el catecismo hasta la actualidad y lo que aprendió en su familia lo envolvían como una batidora y su deseo, la lujuria de hombre se oponían y esa fuerza antagónica giraba al contrario, lo aturdió y se detuvo de repente para no caer. Aturdido y un poco mareado, suspiró fuerte y la respiración la fue haciendo más rítmica y pausada. Se tranquilizó y decidió caminar hasta loa parada de autobuses. Se montó en el de la ruta Avenida Andrés Bello- Propatria, le pagó al conductor y al escudriñar si había un algún asiento vacío, vio uno cerca de la salida. Se sentó al lado de una señora cuarentona, gorda y simpática. Le sonrío y le devolvió el gesto de la misma manera. El autobusete aceleró la marcha, vibrando con la salsa que sonaba en la radio a alto volumen. Se imaginó los días pasar como en un jet en el cielo, llegando a la parada de la esquina, antes de subir por la calle pendiente de conjunto residencial de Fernanda, ya estaba tocando el timbre y le salía en baby doll azulito transparente, le decía que el niño lo sacó a pasear su amiga la catira, que se lo traería en la tarde, su esposo llegaba siempre tarde de la universidad, cerró la puerta y lo abrazó dándole un beso frenético. <>oía sus palabras y su miembro, resorte de cabilla, formó la elevación de la felicidad. <>, le pidiole favor al conductor dejarle en la próxima parada. La gorda lo observó y se asombró de su erección, pero no le dijo nada. Disimuladamente metió la mano en su bolsillo y agarró su miembro, bajándolo a la fuerza. Caminó media cuadra, sacó las llaves, introdujo una en la cerradura, empujó la puerta, la cerró, caminó por el pasillo, presionó el botón del ascensor, esperó unos minutos. Al abrirse la puerta entró con prisa y apretó el del número 2. Se elevó de repente y sacudió varias veces la cabeza, para volver a su realidad. <<…ción mami. Bien gracias. Saludos de Fernanda. El niño está bien>>. Se anticipó a ser servido en la cena por su mamá. Fue a la cocina, tomó un plato llano y se sirvió la comida. Hizo un esfuerzo por comer, se le había quitado el apetito. Vio televisión hasta las 10 de la noche y al tener sueño, se despidió de sus padres y hermanos, se desvistió, quedándose con el interior. Al arroparse inmediatamente se durmió. Empezó a soñar con lo que se había imaginado en el autobusete, cuando estaba desnudo sobre Fernanda. Se sobresaltó y se bajó de ella, al oír que su amigo abría la puerta del dormitorio. <<_Manuel yo no tengo la culpa. Yo no fui…yo no fui. Fue Fernanda quien me sonsacó. Yo no fui…Yo no fui >>. Se sobresaltó de la cama, sudoroso, sin poder respirar y no pudo conciliar el sueño.

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