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viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo IV "El anadariego feliz" de Alberto Isaías Guilarte

Cleto llegó de madrugada a Achaguas, esperó a las mesoneras del bar “El benemérito” y cuando Margarita, como siempre es la primera en llegar y abre la puerta. Luego de hacer café le ofrece un poco en una tacita pequeña. A media mañana llega Epifanio al bar y al conversar sobre la venta de la casa, hacen el negocio, Cleto redactó el recibo donde el gocho le firma su conformidad por el dinero recibido. En la tarde le entrega la llave. En la tarde compra el “Heraldo de Achaguas” y camina a la Plaza Bolívar se sienta en un banco y a la sombra de un samán lee: tal dí como hoy Annie Edison Taylor sobrevivió al lanzarse a las cataratas del Niágara, metida en barril de madera en el año 1901, porque al confrontar necesidades económicas aceptó le pagaron para hacer esa proeza. Cleto pensó:<> En 1908 se reconstruye el puente de Manhattan. En 1911 se congelaron las cataratas del Niágara. Se acostumbró a comprar ese periódico y a ir a leer las noticias en voz alta, sentado en el mismo banco, a varios viejitos analfabetas y que luego todos comentaban. Pasaron tres años de este acontecimiento, se acerca la navidad del año 1913, Cleto reparó la casa, le puso techo de tejas, a la habitación original le puso una ventana y construyó otra habitación más grande y muy ventilada. En el patio hizo la división con cardones. Allí se dedicó al negocio del ganado, compraba novillas y las criaba en su patio, para venderlas cuando estuvieran adultas. Cleto empezó a enamorar a Juana Argrinzones, simpática, blanca, de nariz aguileña, labios gruesos, delgada y con el pelo negro que le llegaba hasta la cintura. La muchacha de 22 años, decidió aceptarlo y se mudó para su casa. Cleto con sus ahorros había comprado un terreno de una rectara cuadrada y allí tenía su ganado, ya tenía mil reses, el pasto era abundante, fabricó un rancho para el caporal y dos peones. Por el fundo pasaba un riachuelo y nunca faltaba el agua. Su alegría era desbordante cuando ya Juana iba a parir, al mismo tiempo sus tres vacas preñadas. A Petra Chaurán la trajeron de madrugada y atendió en su parto a Juana. Nació una niña robusta, blanca, de pelo rubio y muy llorona. _ Lo felicito Don Cleto tiene una hermosa niña. ¿Qué nombre le va a poner? _ le dijo Petra dándole una palmada en el hombro. _ Gracias señora Petra. Se llamará Eufracia, como mi abuela. Juana se dedicó por completo al cuidado de la niña, a los dos meses fue bautizada por el padre Cisco. Se invitó a lo más representativo del pueblo, a ganaderos y a amigos de la familia. Se mataron dos novillos y un conjunto criollo amenizó la reunión. Eufracia cuando cumplió siete años, asistió a la escuela de la señorita Filomena Travieso, completando allí toda su primaria. En su casa recibía clases prácticas de bordado y tejido. Acompañada de su mamá iba a fiestas, bailaba y regresaba temprano a su casa. Cuando cumplió veintiún años, sus padres le hicieron una gran fiesta, tocó el conjunto de música criolla de un pueblo cercano. Entre los invitados se encontraba el bachiller Tomás Cabeza alias el “Ilustre”, quien le declamó sus poesías inéditas. Eufracia llamaba la atención por ser de estatura mediana, con busto abundante y su cabellera rubia con rizos. Tomás la saca a bailar y la aprieta suave y le expresa: _ Señorita Eufracia usted es una diosa del olimpo, su belleza opaca a las flores del Llano, a los lirios y al mastranto, su voz imita al canario y al turpial. Su simpatía irradia la luz del amor y la esperanza. _ No es para tanto señor Tomás, mire que me sonrojo_ contestó la bella joven alagada. _ No me digas señor porque somos amigos y puedes tutearme. Señor es Jesucristo, tu protector y tu Dios_ le ratificó Tomás. _ Bueno así será Tomás. Cuando puedas me visitas en mi casa, para ser buenos amigos, acuérdate que soy una señorita de buena familia y respeto. _ Claro yo lo se y conozco a Don Cleto, persona de alta estima en este pueblo y de mi consideración_ le argumentó Tomás. Tomás se ganaba la vida redactando documentos jurídicos de compra y venta de bienes: casas, fundos, terrenos y ganado. Le redactaba y escribía cartas a las personas analfabetas, quienes eran la mayoría en ese pueblo y acudían a su casa a dictarle lo que iba a redactar, las cartas las enviaban por correo o entrega personal de los amigos al trasladarse a otras ciudades y pueblos. Una tarde Tomás se acercó a la casa de Cleto, después de tocar la puerta alta y gruesa de la entrada, se quitó el sombrero y esperó lo atendieran. Una jovencita le abre y le pregunta: _ Buenas tardes señor ¿qué desea y a quien tengo el gusto de anunciar? _ Buenas tardes señorita. Soy Tomás Cabeza y solicito a Don Cleto. _ Pase adelante y siéntese que ya se lo busco_ le contestó la doméstica. Al rato se aparece Cleto Santos y le expresa: _ Buenas tardes amigo. Soy Cleto Santos ¿con quien tengo el gusto? ¿Y para que me solicita? _ Buenas tardes Don Cleto. A lo mejor ha oído hablar de mí, soy el que redacta los documentos importantes de este pueblo y le escribo cartas a los que no saben leer ni escribir. Soy el bachiller Tomás Cabeza, mucho gusto_ y le extiende la mano_ Me gustaría visitarlo a menudo para conversar y ser su amigo. Cleto le da mano y la aprieta._ Mucho gusto, aquí estamos a su mandar y cuando desee puede pasar y conversaremos de todo un poco. _ Gracias Don Cleto por tu gentileza y hospitalidad. _ Por cierto ¿Qué sabe Ud. de los acontecimientos políticos de la Capital de la República y del gobierno de nuestro Benemérito el General Juan Vicente Gómez?_ lo interrogó Cleto. _ Mire Don Cleto, yo soy partidario del Benemérito y ese es un berraco en la política, ha puesto orden en Venezuela, a todo el que se le alza lo mete en cintura. Para eso tiene esas cárceles bien buenas como la Rotunda y el Castillo Libertador. Allí están presos los estudiantes “patiquincitos” y los “alzaos en armas”. Y tiene que ser así Don Cleto para que este País se acomode, podamos vivir en paz y con trabajo. Carajo y como lo irrespetan los contrarios llamándolo “el bagre” por sus bigotes_ le respondió Tomás con mucha convicción. _ Que bueno. Usted está con el hombre correcto. Si he oído eso que lo llaman “el bagre” por sus bigotes, ya aquí para que a uno lo respeten hay que imponerse por las armas_ sentenció Cleto eufórico. _ Bueno también con el trabajo, como lo estamos haciendo nosotros_ le enfatizó Tomás_ Aprovecho la ocasión para solicitarle su permiso para también visitar y conversar con la señorita Eufracia, también ella necesita intercambiar no solo noticias, sino enterarse de otros aspectos, y en este pueblo hay muy pocas personas cultas. _ Si está bien señor Tomás. Ella es una señorita y debe ser visitada en su casa acompañada por su mamá, por mi o por otra persona. Mire que las malas lenguas destruyen y matan a las personas_ le ratificó Cleto. _ Yo soy muy respetuoso de las familias y de las señoritas Don Cleto. Estoy de acuerdo. Mi visita es breve y pronto volveré para conversar de todo. Por cierto Don Cleto leí unas noticias en “El heraldo de Achaguas” del exterior: Se incendio el museo de cera "Madam Tussad en Londres y los maniques se derritieron y se dañaron, hace 4 años de eso. Resulta que el 13 de Febrero de este año 34 cayó al mar el último dirigible de la Armada estadounidense y murieron 81 tripulantes. Y el 2 de Septiembre, en los Cayos de la Florida el huracán más fuerte que ha pasado por ahí, con vientos de aproximadamente 300 km.por hora. Hizo desastres. Me saluda a su distinguida esposa Doña Juana y a la señorita Eufracia. Hasta pronto Don Cleto. _ Caramba eso si es lamentable. Hasta pronto señor Tomás.

1 comentario:

  1. Y que bueno que Don Cleto ha estado haciendo bien y tiene un respetable familia.

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