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viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo IX" El andariego feliz" de Alberto Isaías Guilarte

Caracas y muchas grandes ciudades de Venezuela sienten los ataques de los grupos de la izquierda radical: amenazas de bombas a la Embajada de los Estados Unidos y a empresas norteamericanas, desactivación de las mismas, asesinatos de policías para robarles sus armas de reglamento, incremento de las guerrillas urbanas, pintas en las paredes y muros. Salen marchas de las universidades y son reprimidas violentamente por la policía y la Guardia Nacional. Se “alza” la Marina de Guerra de la Base Naval” Ca. Agustín Armario” de Puerto Cabello, a este golpe lo llaman • el porteñazo”, hay centenares de heridos, muertos y son apresados sus cabecillas triunfando el gobierno de Rómulo Betancourt. Eustoquio Cabeza Santos, había ingresado a la Policía del Estado Anzoátegui, se graduó en su Escuela como oficial y tenía dos años trabajando en Barcelona. Su jefe el coronel de la Guardia Nacional: Leonardo Pinto Bermúdez, lo mandó a buscar y al presentarse a su despacho le informó: _ Caer a discreción Teniente Cabeza Santos. Por instrucciones del Ciudadano Gobernador del Estado, tengo que enviar refuerzos para combatir a los guerrilleros en el Teatro de Operaciones Alfa de Anaco, usted se trasladará a esa con 10 efectivos policiales y serán relevados dentro de un mes. Tendré que intensificar la recluta de nuevos, para renovar el personal. Estarán a la orden del Comandante de ese Teatro. Les deseo la mejor de las suertes y que la Virgen del VALLE, los traiga con bien. _ Entendido mi Coronel, seleccionaré a mis hombres y me apertrecharé con la logística necesaria, para movilizarnos mañana de madrugada. Permiso para retirarme_ contestó enérgico Eustaquio. _ Puede hacerlo Teniente y hasta pronto. Eustaquio mandó a formar a su personal y luego de pasar revista, fue seleccionando a los combatientes y al arengarlos les destacó: _ La democracia necesita del apoyo de ustedes, los enemigos de la Patria, siguiendo modelos perdedores y de tiranos que han tratado de invadir nuestro sagrado suelo, han preparado a jóvenes para agredir a la Nación, sus gobernantes elegidos por el pueblo y sus instituciones. Los aguerridos combatientes nos están pidiendo refuerzos para repeler y vencer a esos grandes carajos comunistas. La misión que vamos a cumplir es secreta, nadie debe decir para donde vamos, al abordar los vehículos mañana a las 4 a.m, les diré nuestro destino. Seremos relevados dentro de un mes.Ustedes los escogidos combatirán con todo el sentimiento patriótico de nuestros libertadores y no permitiremos que el castrocomunismo se apodere de Venezuela. ¡Tenemos que vencer! ¡Viva Simón Bolívar! ¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!_ contestaron todos los policías. El ruidoso cornetín interrumpe la callada madrugada y a las 3:30 a. m., es la diana para el personal a desplazarse, se uniforman de campaña, toman sus morrales y armamentos, los guardan en uno de los vehículos y luego de tomar café, salen en convoy. A las 5 a. m., tomando todas las medidas de seguridad, se detienen en el sobreancho de la autopista y el Teniente les ordena comer de sus provisiones un sándwich y jugo. Reinician la marcha y el conductor del primer vehículo al llegar a la alcabala de Anaco, da el santo y seña para permitirles continuar su recorrido. Al llegar al Teatro de Operaciones Alfa, el teniente Cabeza Santos se le presenta al Comandante del mismo: Coronel (Ej.) Dimas Paracuto Mariño y se le pone a la orden, dándole parte de sus hombres. Se les asignó formar parte del grupo de avanzada del Capitán (Ej.) Pedro Gómez Salazar, el cual iba a remplazar a combatientes en una montaña cercana. La vegetación es espesa, los árboles no crecen tan altos, se entremezclan los cardones y tunas con las otras especies de cauchos, guayacanes, siquisiquis y seibas. Hay senderos naturales muy intrincados, con gamelotes, para penetrarlos hay que cortar la maleza con un machete. La arcilla roja sobresale sobre las rocas y ese contraste hace un ambiente multicolor, que se torna acogedor cuando el agua baja y va formando pequeños riachuelos y pozos. Los irregulares también se uniforman de verde, para camuflajearse en las montañas. Una patrulla al mando de Pedro Perdomo, alias “Chemongo”,da la voz de alto para descansar en un pozo, ya los fusiles automáticos, robados en instituciones militares atacadas de sorpresa, les pesan una tonelada y el cansancio trata de vencerlos, porque tienen noches que no duermen bien huyendo de las Fuerzas Armadas. Los diez hombres, buscan disfrutar de la sombra y refrescarse con el agua del pocito, los vigías se acomodan, dos arriba y dos abajo, se confunden con la vegetación. _ Combatientes. Los enemigos nos están pisando los talones y no nos podemos dejar atrapar por esos grandes carajos. Se están intensificando los frentes y cada uno debe ser mortífero como dice el Che Guevara, al irradiarse los focos insurrecciónales podemos algún día alcanzar el poder e imponer el socialismo_ les arengó Chemongo. _ Claro que si_ contestaron a coro. _ Estamos a tres días de camino de la alcabala de Anaco. Nos vamos a desplegar, de a tres por los puntos cardinales, yo refuerzo el grupo suyo mi comandante Chemongo y a las 3 de la mañana atacaremos con todos los hierros la alcabala, si podemos quitarles las armas a los muertos, ese será el objetivo final_ les notificó “Rastiflay”, jefe de operaciones de la patrulla. _ Así será, de acuerdo al plan que elaboramos anoche antes de papear o del rancho como dicen en las Fuerzas Armadas. Por cierto, para que no nos pesen las raciones de combate que le robamos al Ejército en el último asalto, hay que consumirlas y tenemos que cazar tortolitas o ardillas, asarlas en hornitos vietnamitas, las brasas enterradas no hacen humo y así no nos ven, es una orden de estricto cumplimiento_ les inculcó con severidad Chemongo. _ Entendido mi comandante_ gritaron todos. Los subgrupos se separan y se dispersan entre la montaña, con sus brújulas van guiándose por entre los árboles y la vegetación tupida. Luego de intensas caminatas y escaladas y descensos, descansan y se turnan para dormir. Al llegar al sitio designado, escondidos en la montaña, calculan y esperan la hora del ataque, para bajar sigilosamente y desde los 4 objetivos disparar sin compasión a los 6 soldados, que están montando guardia en la alcabala. El ataque sorpresa fue efectivo y al revisar a los soldados muertos, les quitan sus fusiles y escapan hacia las montañas. No descansan y la hora y media de ascenso. Chemongo con el brazo en alto cierra el puño derecho y se reúnen para hacer un alto. _ Camaradas y exitosos combatientes. Los felicito por el triunfo de esta operación, así vengamos a nuestros compañeros caídos en combate. Es lamentable que tengamos que destruir a enemigos que también son venezolanos. Estamos haciendo la revolución y seguiremos así para causar estragos en el enemigo. Estos fusiles se los entregaremos a camaradas de otro Frente de lucha, para los nuevos reclutas sin armamento. La semana que viene nos encontraremos en el sector Barrancas con el Frente Stalin I. ¡Patria, socialismo o muerte!_ les arengó Chemongo. _!Hasta la victoria siempre! Gritaron todos. El Capitán (Ej.) Pedro Gómez Salazar manda a despertar al Teniente Eustoquio Cabeza Santos y a sus hombres. Y en formación les informa: _ acabamos de recibir por radio la noticia de la muerte de 6 soldados en la alcabala de Anaco por los coño'e madres de los bandoleros guerrilleros, los masacraron y se robaron los fusiles, el ataque se produjo a las 0:300 horas. Nos vamos a trasladarnos hacia la montaña cercana a esa alcabala, peinar la zona y acabar con esos hijos de puta. Tienen 15 minutos para alistarse. ¡Por la Democracia! ¡Por nuestros Libertadores! ¡Muerte a los guerrilleros! _!Por la Democracia! ¡Por nuestros Libertadores! ¡Muerte a los guerrilleros! La avanzada aborda los vehículos y amaneciendo al sitio de la masacre, se internan en la montaña para perseguir y combatir al grupo irregular. Dos helicópteros con soldados y sus respectivos jefes, con la técnica de rapel, descienden a sus tripulantes en diferentes zonas de la montaña, es una operación envolvente para aniquilar a los guerrilleros. Comunicándose por radio, las patrullas van envolviendo y acorralando a los fugitivos. Al ver a un soldado uno de los guerrilleros nuevos, dispara y lo mata, este error de ese universitario hace que la patrulla militar hace fuego hacia donde están los guerrilleros, les lanzan obuses y los aniquilan. El Sargento (Ej.) Pancracio González Huerta le ordena a un soldado cortar la mano derecha a los guerrilleros y meterlas en un saco, las cuales mandarán a la Capital para identificar a los fallecidos. El soldado cumple la orden y con su cargamento siniestro, lo guarda junto con todos los pertrechos. El Capitán (Ej.)Gómez Salazar les da instrucciones a sus hombres para bajar y trasladarse hacia la carretera para seguir “limpiando” la zona. Luego de más de 6 horas de caminata, son emboscados por otro grupo de guerrilleros y mueren 3 policías, al Teniente Cabeza Santos, una bala le perfora el inicio del cartílago de la nariz y le aplican los primeros auxilios. _ Mi Teniente se salvó de vainita_ le dice uno de sus hombres. Los soldados y policías responden al ataque logrando dar de baja a 2 guerrilleros. _ Matamos a 2 de los bandoleros y no sabemos cuantos eran, la operación “envolvente” de nuestras Fuerzas aniquilarán a esos coño e'madre. Menos mal que respondimos con todos los hierros. Hay que seguir atentos y nos encontraremos con 2 pelotones más adelante en el crucero_ les gritó el Capitán (Ej.) Gómez Salazar. Al mes el Teniente Cabeza Santos y sus 7 hombres regresaron a su comando en la Policía del Estado Anzoátegui, los cuerpos de los fallecidos los habían enviado en un helicóptero, les habían rendido sus honores fúnebres y ascendidos “post mortem”. Los demás integrantes de su personal le contaron que los entierros de los tres policías muertos por los guerrilleros, fueron muy tristes no sólo para ellos, sus familiares y amigos, sino para todo el pueblo, la mayoría acudió a los actos donde le hicieron los honores fúnebres. Todos los negocios cerraron en señal de duelo y de solidaridad con los sobrevivientes. Con una comisión de policías acudió a cada hogar de los fallecidos y dieron el pésame a sus familiares. A los tres meses de este acontecimiento, al Teniente Cabeza Santos, lo empezaron a llamar “Chingo Cabeza” y tuvo que aceptar ese sobrenombre para no enemistarse con sus amigos y familiares. En las principales ciudades del País siguen las manifestaciones de estudiantes y de gremios de trabajadores, la policía y la Guardia Nacional los reprimen violentamente, con saldo de muertos, heridos y detenidos. Los presos son torturados en la sede de la policía política. En la medida se intensifican las medidas represivas por parte del gobierno aumentan las protestas, grupos significativos de estudiantes universitarios se incorporan a grupos guerrilleros urbanos y a los Frentes del interior del País. Una tarde la señora María de Trejo, esposa del Sargento Luis Trejo, pidió una entrevista urgente con el Teniente Cabeza. Él la hace pasar a su oficina y le pregunta:_ Buenos días señora Trejo ¿En que la puedo ayudar? _ Buenos días Teniente Cabeza, yo estoy pasando por una situación muy delicada y penosa. Como Usted es el comandante de mi “marío” vengo a ponerle una queja de él y pá que me ayude_ le contestó muy nostálgica la entrevistada. _ Gracias por venir y confiarme su problema. ¿De que se trata?_ le reiteró el Teniente. _ Resulta y acontece que el desgraciao de mi marío me amenaza poniéndome su revólver en mi “totona” y me dice que si no tenemos relaciones por detrás me va a disparar y yo por miedo tengo que aceptarlas con mucho dolor. Yo me he enfermado de los nervios y me veo caminando con corotos metidos por detrás, oigo personas montadas en el techo de mi casa, o como si fueran espíritus que me hablan o me toman a la fuerza. Pá mi que me echaron una brujería_ explicó muy dramática y dispersa la señora Trejo. _ Señora Trejo debe acudir con un familiar a pedir una consulta de Psiquiatría en el Hospital Central. Yo le llamaré la atención a su esposo, lo arrestaré y el Jefe de Personal del Comando también le solicitará una consulta de Psiquiatría en el citado hospital. La señora Trejo le agradece el haberla atendido y regresa a su casa. Cuando llega el Sargento Trejo a recibir su guardia, lo manda a llamar y le informa que cuando la entregue tiene 48 horas de arresto por las razones señaladas y debe acudir a un tratamiento psiquiátrico en el Hospital Central para poder continuar prestando su servicio en ese Comando, el Sargento Mayor Justo Echenique le solicitará la cita. El Teniente Cabeza en la formación de honores a la bandera en la tarde, arenga a su personal exigiéndole tengan ética, sean respetuosos con sus familiares, los habitantes del Estado y sobre todo con las mujeres. _ Entendido mi Teniente Cabeza_ gritaron todos a coro. A los seis meses de estos acontecimientos, al llegar al Comando el Teniente Cabeza, el Sargento Mayor Justo Echenique, lo saluda firme y le informa:_ Permiso para hablar con Ud. mi Comandante le informo sucedió una desgracia. El compañero Luis Trejo, se volvió loco le disparó en el pecho a su esposa, quien murió de inmediato y luego se suicidó. _ ¡Que vaina tan seria! Yo quería evitar esa desgracia. Encárguese de todo lo relativo a las coordinaciones con la policía científica y los entierros._ Respondió muy afligido el Teniente Cabeza. _Entendido mi Teniente. Así lo haré. Permiso para retirarme.

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