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viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo XII" El andariego feliz" de Alberto Isaías Guilarte

“Coqui”, malandro que controla la mayor parte de la ciudad, en la distribución y venta de drogas, la mendicidad de menores, trata de blancas, prostitución y las pandillas de delincuentes, tiene 28 años, de color blanco, estatura pequeña y de contextura delgada. Usa un sombrero de fieltro negro y lentes oscuros. Vive en un apartamento cerca de la plaza Bolívar. Tiene dos guardaespaldas: “Amolao” y “Mediochuzo”. “Amolao” es un gocho, alto, de contextura fuerte. “ Mediochuzo” es maracucho, de estatura mediana, delgado y más agresivo que “Amolao”. Ambos usan para sus fechorías y para la protección de su jefe, pistolas de 9 m.m. _ “Amolao” llégate esta noche en la “residencia” del “piojoso” y pregúntale si es verdad que él fue que le metió “casquillo” a la “pelúa” y esa bicha endiablada mató a “facilita”, quien ahora no me puede pagar el porcentaje de la venta de “piedra”. Dale un susto y dile que va a tené que pagarme “una protección” por dormir en esa entrada del edificio. Mensualmente tendrá que mandarme 100 Bs. Fuertes y tú te encargarás de cobrarle al final del mes. “ Mediochuzo” tiene sus “supervisados” y también me trae esos pequeños ingresos de putas, carajitos mendigos y los arrastraos que duermen en mi territorio. _ Pá mi eso es pan comío jefe. Esta noche al “piojoso” se le vuelan esos animalitos del susto. Después de esperar que se durmieran “piojoso” y Demetrio. “Amolao” sigilosamente se aproxima a donde duerme “piojoso” lo sacude y le pone el cañón de la pistola en la sien, en el lado derecho. _ ¡Que coño pasa! ¿Quién es? Pregunta asustado “piojoso”. _ Soy el señorito “ Amolao” arrastrao, sapo y culpable de la muerte de la”pelúa”. Ahora vives con un marío. Te quedas quieto bichito porque si te mueves te quemo. _ Es …ta…tá bi i..eeen. Yo me quedo quieto. Contestó Demetrio muy asustado. _ Resulta pajaritos que tú “piojoso” ique le metió casquillo a “la pelúa”, quien siempre tenía una culebra con la “facilita” y la pasó para el otro mundo. Acontece que la difunta le pagaba un porcentaje por la venta de “piedra” y ahora tú vas a tené que pagarle 100 Bs. Fuertes a mi gran jefe “Coqui”, por dormir en esta “residencia”. Entendiste “piojoso”, yo vendré a buscarlos a finales de cada mes. Si no tienes el dinero para cuando yo venga, vas a visitar a la “facilita”. ¿Verdad que no te gustaría ir para allá?_ le gritó el delincuente. _ No…N….o “Amolao” yo conseguiré las munas. Y no les fallaré. Contestó “piojoso” muy nervioso. _ Buenos días. Que sueñen con los angelitos. Sonrió irónico “Amolao”. El delincuente se va y a ambos amigos le cuesta volver a dormirse, están muy nerviosos. Demetrio después de reflexionar mucho y cuando amanece, al despertarse su amigo le dice: _ “piojoso” te agradezco que me aceptaste como amigo y me permitiste dormir aquí. Yo no voy a trabajar para un malandro. Yo tengo que vivir sin preocupaciones y amenazas, sustos que te quiten el sueño. Yo soy muy cobarde y ya me voy para Caracas, allá a lo mejor consigo refugio con instituciones religiosas. ¡Que el Todopoderoso y mi Virgencita del Valle te protejan! Gracias “piojoso”. Le da un abrazo y cargando su maletín se aleja del sitio lo más rápido posible para no arrepentirse por esta decisión. Preguntando llega al peaje de la Autopista, lo atraviesa y empieza a pedir cola a los camioneros y gandoleros. Pasan infinidad de esos vehículos, hasta que se detiene una gandola. _ ¿Pá donde vas amigo? Le pregunta el conductor. _ Voy para Caracas. Te agradezco me hagas el favor de llevarme, si vas para allá. Contestó Demetrio. _ Claro que si. Sube. Después de cuatro horas de trayecto, incluyendo las paradas llegan a la Plaza Venezuela. _ Déjame por aquí amigo. Gracias por traerme. Que Jesús y la Virgen siempre lo acompañen. Se dirige al Boulevard de Sabana Grande y empieza a explorar la zona. Las entradas de los edificios tienen rejas y no permiten que pueda dormir en las mismas. Se aventura a cruzar por una avenida paralela y se encuentra una plaza con bancos, se sienta en uno de ellos y calcula que puede dormir abajo, luego de buscar afanosamente cartones grandes los encuentra y los esconde sobre un techo de un kiosco cercano. Pudo hacer sólo una comida después del mediodía, con un dinero que tenía guardado en el forro del maletín. A pocas cuadras de la plaza había una venta de pollos asados y habló con un mesonero, pidiéndole que le diesen de los desperdicios de las comidas. Lo mandaron a buscar detrás de la cocina, en unos pipotes de basura. Consiguió varias piezas de pollo y hallaquitas. Pudo completar en una lata de refrescos, el resto de las sobras de esas bebidas. Pensó: <> Ya cercana a la medianoche, buscó los cartones que había escondido, y los llevó debajo del banco de la plaza. Se encomendó a Dios y a la Virgen y por cansancio se durmió inmediatamente. El resplandor del amanecer lo despierta, lleva los cartones a guardarlos sobre el techo del kiosco. Siempre va con su maletín en la mano. Inicia su caminata, para esperar que abran los cafetines cercanos. A todo el que entra o sale del negocio le pide una monedita para comer. Algunos le responden no mantienen a vagos, debería ganarse la vida lavando o cuidando carros y los que le dieron le permiten comprarse una arepa rellena de carne mechada y un café con leche grande. Vuelve a la plaza y decide probar suerte, cuidando carros que se estacionan cerca. _ Le cuido el carro. Me da lo que pueda. A las dos horas de estar haciendo esta actividad, se le acerca un individuo moreno, fornido y le dice:_ mira mano yo trabajo en este sector y tú no me vas a quitá mis clientes. _ Amigo yo duermo aquí en la plaza y podemos dividirnos el trabajo. ¿De donde a donde quieres tú cuidar los carros? Le contesta Demetrio con mucha seguridad. _ De esta esquina de la plaza hacia una cuadra arriba me toca a mí y tú cuidarás de la otra esquina hacia una cuadra abajo. _ Está bien pana. Yo me llamo Demetrio y soy oriental. _ Chócala pana yo soy Luis del Barrio Nuevo Chapellín. Demetrio pudo solucionar de esta manera el posible problema de dominio del “territorio”. Diariamente podía reunir para comprar sus tres comidas. Con el tiempo, Luis se hizo muy amigo y semanalmente podía ir a con él a su rancho a lavar la ropa. Se enteró por uno de los “clientes” de una organización religiosa, donde le facilitaban ropa limpia y comida. Allí fue y cambio de hábito, para no seguir molestando a su amigo Luis. El destino es el túnel de la vida, entramos en él y no sabemos lo que está a la salida, allí está ese hecho, acontecimiento o acción que va a suceder, no nos podemos devolver en su mitad para que no pase. Siempre van a pasar esos acontecimientos. Un individuo llega a la plaza y ve detenidamente a Demetrio, se le acerca y le pregunta: _ ¿Tú no eres Demetrio? Yo te conozco porque vivía cerca de tu casa. ¿Qué estás haciendo por aquí? _ Si yo soy Demetrio y estoy trabajando cuidando carros por aquí. ¿Qué sabes de mi familia? _ La que dejaste allá, todos están bien. Decían que tú habías muerto, porque tienen tiempo que no saben de ti y como tú te desapareciste y no vas vuelto por allá. El chisme mayor fue el que se corrió por todo el barrio: apareció tu verdadera madre, vive en un barrio de Caracas y tienes otros hermanos. _ ¡No puede ser que mi verdadera madre esté viva y que yo tenga otros hermanos! Tengo que regresar a mi casa para averiguar la dirección de mi mamá. A mi me cuesta ahora decir “mi mamá”, ya que para nosotros nuestra madre es Petra Palacios, fue la que nos crió desde niños. Gracias pana por esa noticia, me regresaré a mi casa para saber donde buscar a mi mamá y a mis hermanos aquí en la Capital. _ Siempre a tu orden, somos paisanos y eso es lo que importa. Demetrio se le acerca a Luis y le informa se va por unos días a su casa a buscar la dirección de su verdadera mamá y hermanos, volverá para encontrarlos. Le solicita orientación para llegar a la autopista para oriente. Al llegar a Petare, camina por la autopista y “pide cola” a los camioneros y gandoleros. Un camión cargado de una mudanza, se para y el conductor le pregunta: _ Yo tengo que llevar estos corotos para Clarines (Estado Anzoátegui) pero no conozco la vía. ¿Tú la conoces? Si la conoces te doy la cola. _ Claro que si yo te oriento para llegar allá. Yo voy para Barcelona y de allí es un paso. Como en otras oportunidades, Demetrio le brinda refrescos y café al conductor. Al llegar a Clarines, le agradece “la cola” al conductor. Y vuelve a hacer la señal para parar a un gandolero con una carga de ganado. _ ¿Amigo para dónde lleva ese ganado? Le pregunta Demetrio. _ Yo voy para Puerto La Cruz para el matadero municipal, si te sirve la cola vente conmigo. _ Claro que si y muchas gracias anticipadas hermano, yo me quedo en Barcelona., porque allí pido una cola para Anaco.

1 comentario:

  1. Esta muy buena , que pasar con Demetrio, nunca se va a estcionar en ninguna parte,

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