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viernes, 16 de mayo de 2014

Capítulo XIII" El andariego Feliz" de Alberto Isaías Guilarte

Van pasando las horas y por la desconfianza de los conductores, no se detienen y el andariego pide con mucha fe: << Jesús de la Misericordia, Virgencita del Valle mándame un conductor para trasladarme a mi casa, ustedes nunca me fallan. Amén>> Demetrio logra parar a un conductor de un camión cargado de cambures, después de preguntarle hacia donde se dirigía y al constatar era para su destino. El conductor le permite subir y le dice: _ Hola amigo yo voy para Anaco ¿te sirve la cola? _ Para allá mismo es que voy. Gracias y que Jesús y la Virgen del Valle te protejan siempre porque aunque no lo conozco usted es una persona noble. _ Gracias amigo, ahorita uno no puede dar colas y menos a desconocidos, hay mucha delincuencia. “Algo” me hizo pararme y confiar en ti. En la noche cuando llegó a su casa, sus padres y hermanos n o podían creer que estaba vivo, no quisieron reprenderlo, no le preguntaba a dónde se había ido, que hacía, como vivía, para no contradecirlo y se sintiera como el “hijo pródigo” de la Biblia. Luego en la cena los interrogó sobre la aparición de su verdadera madre y otros hermanos, esto fue la motivación a regresar a su casa, enterarse por ellos y regresarse para conocerlos. Le informaron viven en un barrio por la carretera Panamericana. Pasó dos días con su familia, le dieron ropa y dinero. Cambió su maletín, por uno en buen estado pero más viejo. A todos les expresó: <> Y cuando le preguntaban, cuando regresaría les decía: << Yo soy ahora un hombre muy libre, en el camino andamos, no me ato a nada y a nadie. No tengo mujer ni hijos>> Decidió irse en un autobús de una línea, ya que le habían obsequiado suficiente dinero y estaba ansioso por encontrarse con su verdadera madre y hermanos. Llegó a Caracas y se dirigió a la plaza, al encontrarse con Luis le preguntó si podía guardarle el maletín en su casa y al aceptarlo al finalizar la tarde lo fueron a llevar al barrio. Demetrio sube una calle empinada al final de las veredas de Coche, llega a la cumbre del cerro y por callejón sale al barrio “El tanque” en la carretera Panamericana. Luego de preguntar se encuentra con un rancho construido de bloques, sin frisar y techo de asbesto, al lado de la bodega “La panamericana”.Toca la puerta y le sale una señora de de contextura fuerte y canosa. Sonriente le pregunta: _ ¿Señor a quien busca? _ ¿A la señora Eufrasia Santos y a sus hijos? _ Yo soy. A su mandar. _ Usted es mi mamá, Yo soy Demetrio Cabeza Santos, Mi papá es Tomás Cabeza y me crió Petra Palacios_ le contestó Demetrio muy emocionado. _ ¡No puede ser….mijo querido! Las vueltas que da la vida y el mundo…yo soy una mujer enferma y no puedo recibir tantas emociones fuertes. ¡Dios te bendiga! Perdóname mijo por mis errores y abandonos. Le enfatizó llorando su verdadera madre. _ No llores mamá. Lo importante es habernos encontrado, no importa el tiempo, los lugares, los acontecimientos pasados. Le contestó Demetrio tratando de consolarla y sin saber si abrazarla, besarla. Estaba estático cual estatua de mármol. _ Te voy a preparar una comida…lo más seguro es ...no has comido y tengas hambre. Ojala puedas conocer hoy a algunos de tus hermanos. _ No te preocupes mamá. Los iré conociendo poco a poco. Almorzó y pasó dos horas con ella. Antes de obscurecer, decidió bajar el cerro para irse a la plaza. En varias oportunidades cuando visitó a su mamá, conoció a sus hermanos: Mario, Policía Municipal; Felicidad, estudió sólo hasta el 6° grado y tiene 3 hijos; Argimiro; estudió el 2° grado y no lo concluyó, es un delincuente en el barrio; Evarista, es secretaria y tiene dos hijos: Nancy y Rafael. Rafael es guerrillero y combate en las montañas de “EL bachiller” Demetrio se acostumbro a visitar a su mama y hermanos cada dos meses. En ésta oportunidad cuando llega, la encuentra vestida de negro y ha perdido peso. Al verlo empieza a llorar y a dar gritos: _!Mijo! !Mijo! la guerrilla urbana me mato a tu hermano Mario y no sabíamos a donde avisarte, lo ascendieron a cabo y me quedó su pensión de sobreviviente. !Pero de que vale eso! Si no lo vamos a volver a ver más. Fue un entierro grandioso! ¡Pero para que sirve esa gloria! !Yo se que esta en el cielo! Gritaba la madre desconsolada. _ Mama lo siento mucho. Yo no me entere porque vivo en la calle _ trataba de clamarla Demetrio. La abraza y lloran juntos, hasta alcanzar un aparente consuelo. La ironía de la vida es antagónica. Demetrio perdió a un hermano policía, atacado por la guerrilla urbana y su sobrino Rafael, se metió a guerrillero y se encuentra combatiendo en una montaña. El andariego feliz vive en la calle, “cuida carros” y ésta actividad le permite subsistir en la Capital del País. No se preocupa por nada ni por nadie. No se interesa por buscar pareja ni tiene hijos. No está pendiente del paso del tiempo, se ha inmunizado contra muchas enfermedades, come desperdicios de alimentos. No le teme a las ratas ni a los ratones…sólo a las culebras y por donde vive no existen esas “bichas”. ¿Se sentirán muy satisfechos los “hermanos” religiosos proveedores de ropa limpia y alimentos? Deben existir indigentes y mendigos para su complemento de obras sociales y religiosas. El circuito cerrado de la pobreza con sus expresiones de enfermedad mental, dependencia, ignorancia y subdesarrollo perpetúa la mendicidad. La sociedad venezolana, la latinoamericana y la del Mundo deberán realizar programas profilácticos de salud mental para fortalecer la familia y erradicar la mendicidad y la indigencia. Los familiares de los recluidos en Asilos y Psiquiátricos deben visitarlos con frecuencia y brindarles mucho amor, nos son “objetos olvidados” en esos sitios. Sin la colaboración de todos los habitantes de un País, el Estado por si sólo no puede solucionar todos los problemas. La Educación amplia en todos los niveles, las “Escuelas de Padres” y el control, por acuerdos, de evitar la exaltación de la violencia por los Medios de Comunicación Social son herramientas muy eficaces para la prevención de las enfermedades mentales y de la delincuencia.

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