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martes, 4 de enero de 2011

El gato delincuente

El gato delincuente

Por Dr.Alberto Isaías Guilarte

   Había una vez una pareja de gatos llamada “gatalina” y “ojeroso”, vivían saltando de un tejado a una platabanda de una ciudad muy violenta, comían los desperdicios que escarbaban en los pipotes de basura y alguno que otro ratón que cazaban cuando tenían suerte.
   “Gatalina” tuvo tres gaticos al final de un callejón, para ello improvisó una cama con desperdicios de cartón. Al primero lo llamó “peluíto”, al segundo “tiznado” y a la tercera “gordita”.
“Tiznado” al ir creciendo juntos a sus hermanos, se destacó porque era muy agresivo, ágil y mentiroso.
   Tiznado se reunía con tres amigos que eran huérfanos, como perdieron a sus padres muy pequeños, vivían en la calle y allí se hicieron amigos, compartiendo los ratones que cazaban y la comida que robaban en las casas ajenas.
   Los amigos de Tiznado se llamaban: “peligroso”, “raterín” y “malamañoso”: Un día que se encontró con ellos al frente de donde vivía y “peligroso” le dijo _Tiznado para que nosotros te aceptemos en nuestro grupo, tienes que pasar la prueba de los valientes, si no la pasas no podrás andar con nosotros.
_ ¿Y como es esa prueba “peligroso”? ¿Qué debo hacer para andar con ustedes?_ le preguntó Tiznado.
_ Es muy fácil, tienes que meterte en aquella casa grande y traernos comida  para todos_ le contestó “peligroso”.
   Tiznado con la agilidad que lo caracterizaba, escaló un muro y salto a una rama de un árbol del patio de la casa, saltó a otro árbol y de aquí a una ventana, que estaba abierta, se introdujo y pudo llegar a la cocina. Abrió la nevera y echó al piso un bisteck, lo mordió y se lo llevó en la boca. Siguió la ruta de regreso y cundo se disponía a meterse por la ventana, un perro furioso se le lanzó encima y le mordió por la cola, la cual se la desgarró al saltar rápidamente por donde había entrado.
   _ Aquí tienes un pedazo de carne “peligroso”: ¡Ay! Ay! ¡Ay! Me duele mi rabito_ gritó tiznado echando el bisteck en el piso.
   _Como pasaste la prueba, ahora si puedes andar con nosotros.
   Otro día “peligroso” lo mandó a robar en otra casa, acompañado de los otros secuaces. Mientras uno distraía al perro de la casa, el otro lanzaba carne al suelo y cada uno picaba la parte que podía morder para comérsela afuera.
   Una vez se reunieron para planificar quitarles los ratones cazados a unos gatos mayores que ellos, ya sabían donde repartían los animalitos muertos.
   Estuvieron escondidos en una platabanda cerca de ese lugar y cuando llegaron los gatos mayores con su bolsa de ratones, los asustaron con alaridos y le arrebataron la bolsa con los animalitos.
   Uno de los gatos reconoció a Tiznado y a reclamarle a sus padres, estos regañaron a Tiznado por su mal comportamiento y por andar con mala compañía.
   _Tiznado tú no debiste robar la comida a esos gatos mayores y sobre todo no debes reunirte ni andar con esos amigos con mala conducta.
   _ Papá y mamá con mis amigos no se metan, si no aceptan que yo sea su amigo me iré de la casa_ Tiznado le respondió de mala gana.
   _ Bueno como no aceptas mis orientaciones tendrás que irte de mi casa_ le gritó el papá.
   Tiznado salió furioso y corrió a encontrarse con sus amigos.
   _  Vamos muchachos que aquí no nos quieren, me voy de esta casa con ustedes.
Por las noches la pandilla asalta a gatos mayores, sigue robando quesos en las casas y asusta a los gaticos con sus alaridos.
   Un día la pandilla se introdujo en una casa donde había tres perros furiosos, los cuales estaban entrenados para vigilar y proteger la propiedad, eran muy silenciosos. La pandilla se confió que no se sentían ladridos ni pudieron encontrarse con ninguno de los cazadores.
Cuando la pandilla se disponía a lanzar una carne de la nevera, los tres perros irrumpieron de repente en la cocina y a dentelladas mataron a los cuatros gatos intrusos.
   Y colín colorado este cuento se ha acabado, pasó por un zapatico roto y mañana le contaremos otro.
  

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